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Estatua del dios Horus protegiendo al rey egipcio faraón Nectanebo II
La estatua de Nectanébo II bajo la bendición de Horus: la alianza sagrada.
El Faraón Nectanébo II: Historia de su herencia y reinado
Nectanébo II, un ilustre faraón de la XXX dinastía, ocupa un lugar singular en la historia egipcia debido a un reinado caracterizado por logros monumentales. Como heredero de una prestigiosa línea de gobernantes egipcios, su ascenso al trono marcó un punto de inflexión crucial para el antiguo Egipto. Su contribución excepcional se manifestó a través de la creación y restauración de magníficos templos, estructuras que perduran como impresionantes testimonios de su reinado.
Nectanébo II es el último faraón de la XXX dinastía, un período fundamental en la historia egipcia. Su reinado, marcado por una determinación inquebrantable, puso fin al declive gradual del antiguo Egipto. Su misión era revitalizar la grandeza de Egipto y consolidar su independencia, especialmente frente a la persistente amenaza del Imperio persa.
Además de sus proezas arquitectónicas, Nectanébo II también es celebrado por su feroz resistencia contra las incursiones persas, un acto de valentía que dejó una huella indeleble en los anales egipcios. Su reinado se convirtió en sinónimo de coraje y perseverancia en la lucha por preservar la soberanía egipcia.
Características de la Estatua del dios Horus protegiendo al faraón egipcio Nectanébo II:
Reproducción artesanal completamente hecha y patinada a mano.
Dimensiones:
Alto: 50 cm.
Ancho: 47 cm.
Material: yeso patinado
Otros materiales disponibles: resina, piedra reconstituida.
Patinas disponibles: bronce, terracota, mármol, madera, policromía, dorado, piedra o diorita. Contáctenos para conocer los precios de nuestras patinas (variables según el color deseado).
En stock.
Plazo de entrega: Entrega en 8 a 12 semanas.
El Enigma de la Estatua de Nectanebo II bajo la Protección de Horus
La elección de Nectanebo II de ser representado bajo la benevolente protección de Horus tiene un profundo significado en el arte y la simbología egipcia. Esta representación simbólica celebra tanto su linaje divino como faraón como su posición como gobernante de Egipto. Encarna una fusión entre las esferas humana y divina, ofreciendo una visión de la antigua creencia de que los faraones eran los hijos de los dioses.
La postura de Nectanebo II bajo el ala vigilante de Horus ilustra su estatus divino, enfatizando que fue elegido por los dioses para gobernar Egipto. Horus, como dios halcón, es uno de los protectores más poderosos de los faraones, velando por ellos y por su reino. Esta simbología sugiere que Nectanebo II fue encomendado con la sagrada misión de liderar Egipto y asegurar su prosperidad.
La imagen de Nectanebo II bajo Horus refuerza la noción de que el faraón es el vínculo vital entre los dioses y los mortales, desempeñando un papel crucial en la armonía entre el mundo divino y el terrenal. Esta representación ofrece una visión cautivadora de la espiritualidad egipcia y la profunda creencia en la divinidad de los faraones, al tiempo que recuerda el papel protector de Horus como guardián de Egipto y sus reyes. En esencia, esta representación no es solo una obra de arte, sino una ventana al mundo antiguo de Egipto y al poder sagrado del faraón.
Nectanebo II bajo la Bendición de Horus: La Escultura Revela sus Secretos
La estatua de Nectanebo II irradia majestuosidad. El faraón está representado con una presencia regia innegable, de pie entre las poderosas garras del dios halcón, Horus. Sus manos descansan con elegancia en su túnica real, mientras lleva un khépresh adornado con el uraeus, el cobra real, un símbolo innegable de su soberanía inquebrantable. La posición de Nectanebo II bajo el ala benevolente de Horus evoca un profundo sentido de linaje divino.
Las masivas garras de Horus, como centinelas divinas, enmarcan a Nectanebo II, creando una impresionante atmósfera de ambivalencia. Representan tanto la protección infalible del rey como una amenaza inminente para los intrusos. Esta dualidad confiere a la obra una poderosa dimensión espiritual y simbólica.
La estatua encarna la antigua creencia de que los faraones eran descendientes directos de los dioses, y esta representación refleja la protección personal que Horus brinda a su soberano egipcio. También transmite la dignidad real y los atributos divinos que eran inseparables del faraón. En esencia, esta obra de arte es mucho más que una simple escultura; es un testimonio de la espiritualidad egipcia y de la estrecha relación entre los faraones y los dioses, al tiempo que expresa el poder y la grandeza del antiguo Egipto.
La Estatua de Nectanebo II bajo la Custodia de Horus: Una Experiencia Emocional
La estatua de Nectanebo II bajo la protección de Horus es una obra que evoca una gama indescriptible de impresiones y sensaciones. Cuando la contemplas, no puedes evitar sentir una mezcla de emociones profundas, con la admiración y el respeto en el núcleo.
La majestuosidad de Horus, el dios halcón, que se encuentra junto al faraón, es realmente impresionante. Su poderosa presencia y su postura regia recuerdan el esplendor de la mitología egipcia, donde los dioses y los reyes estaban intrínsecamente conectados. La estatua de Nectanebo II crea un sentimiento de linaje divino, evocando la creencia de que los faraones eran seres divinos elegidos para gobernar Egipto.
La postura digna y la noble expresión de Nectanebo II refuerzan esta sensación de grandeza. Puedes sentir la importancia de su soberanía y de su linaje divino, recordando la época dorada del antiguo Egipto.
Mientras contemplas esta obra, te transportas a un pasado lejano donde el misterio, la cultura y el poder se entrelazan. Sirve como un puente entre el mundo de hoy y el de la antigua Egipto, una experiencia que permite a cada persona conectarse personalmente con el esplendor de esta antigua civilización. Tal obra solo puede suscitar admiración y respeto, al tiempo que despierta una profunda fascinación por la historia y el arte de Egipto.
El Mito de Alejandro Magno y Nectanebo II
La leyenda de la conexión entre Alejandro Magno y Nectanebo II está profundamente arraigada en la historia egipcia y la conquista de Alejandro. Aunque el relato legendario puede variar en detalle, existen varias versiones de este evento histórico. El encuentro entre Alejandro Magno y Nectanebo II, el último faraón egipcio de la XXX dinastía, ha cautivado la imaginación de historiadores y narradores a lo largo de los siglos.
La historia se desarrolla durante la expedición de Alejandro a Egipto en el 332 a.C. Mientras Alejandro y su ejército se preparaban para invadir Egipto, se informa que Nectanebo II tuvo una visión en un sueño o recibió un oráculo que predecía la llegada inminente de Alejandro. Se advirtió a Nectanebo II que el joven conquistador griego estaba en camino a Egipto y que debía tomar medidas para proteger su reino.
Según la leyenda, Nectanebo II decidió disfrazarse de sacerdote y aconsejar a Alejandro a su llegada a Egipto. Tuvo éxito en ganarse la confianza de Alejandro utilizando su erudición y habilidades para ayudarlo. Gracias a sus consejos, Egipto se libró en gran medida de los estragos de la conquista de Alejandro.
Este evento legendario fortaleció la reputación de Nectanebo II como un gobernante ilustrado y dotado de gran sabiduría. Su decisión de colaborar con Alejandro en lugar de resistir la invasión fue un movimiento estratégico para minimizar las pérdidas y proteger la cultura y el patrimonio egipcios.
La leyenda del consejo de Nectanebo II a Alejandro Magno simboliza su importancia en la historia del antiguo Egipto, destacando su reputación como un rey erudito y visionario. Si bien los detalles exactos de este encuentro pueden variar de una fuente a otra, la historia sigue siendo un elemento fascinante de la relación entre Alejandro y Nectanebo II, así como de la preservación de la cultura egipcia durante un período crucial de su historia.
Una Oportunidad Única de Adquirir una Reproducción de una Obra Histórica: Nectanebo II y Horus
Poseer esta estatua es más que una simple adquisición artística, es una oportunidad para poseer una verdadera pieza de la historia egipcia. Esta pieza única testifica el papel significativo de Nectanebo II y su relación excepcional con la deidad protectora Horus. Al agregarla a tu colección, emprendes un viaje a través del tiempo, adentrándote en la riqueza y grandeza del antiguo Egipto.
Esta es una oportunidad que fusiona el arte, la mitología y la historia, aportando un toque de elegancia y misterio a tu entorno. Esta estatua es mucho más que una simple obra de arte; narra una historia fascinante y te conecta directamente con una época pasada.
Ordena ahora tu propia reproducción de esta estatua excepcional y dale vida al legado de Nectanebo II en tu propio espacio, mientras aprecias su papel vital en la historia egipcia.
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Los tiempos promedio de producción para diversas etapas de nuestras reproducciones son los siguientes:
Creación de moldes a tiempo completo: 1 mes.
Tiempo de fundición de piezas: 1 día.
Tiempo de acabado: Variable de una pieza a otra, promediando una semana.
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